Cada 3 de diciembre, España se suma al Día Internacional de las Personas con Discapacidad, una fecha respaldada por la ONU que pone el foco en los derechos, la inclusión y la plena participación social. En este 2025, organismos como el CERMI destacan en su manifiesto la necesidad de continuar avanzando en accesibilidad universal, digitalización inclusiva, igualdad de oportunidades y garantía de derechos. Estos ámbitos están estrechamente vinculados al desarrollo de tecnologías asistivas, especialmente relevantes para quienes viven con discapacidad visual o baja visión.
La tecnología accesible.
La incorporación de tecnología accesible se ha convertido en un eje estratégico. La transformación digital en servicios públicos, empleo, educación y salud requiere que las plataformas, aplicaciones y herramientas sean compatibles con lectores de pantalla, asistentes de voz, sistemas de ampliación y dispositivos específicos de baja visión. En su manifiesto, el CERMI insiste en la urgencia de eliminar barreras y asegurar entornos digitales accesibles para toda la ciudadanía, incluido el colectivo con discapacidad visual.
En España, organizaciones como Plena Inclusión subrayan la importancia de apoyar a las familias y garantizar recursos tecnológicos que faciliten la autonomía personal. La tecnología inclusiva —desde software adaptado hasta dispositivos de navegación y aplicaciones OCR— es una herramienta esencial para acceder a información, gestionar trámites o participar en la vida comunitaria.
La accesibilidad digital está también en la agenda de los ayuntamientos. La actualidad remarca la necesidad de ciudades más accesibles y de servicios municipales que integren herramientas tecnológicas adaptadas: señalización accesible, apps urbanas compatibles con voz, sistemas de guiado y lectores de información. Este enfoque es especialmente importante para personas con discapacidad visual, que utilizan habitualmente tiflotecnologías de apoyo para orientarse y acceder a servicios locales.
Asimismo, informes recientes señalan que la tecnología accesible incrementa la participación en el empleo, siempre que los portales digitales y procesos de selección sean navegables y compatibles con dispositivos de apoyo. Plataformas inaccesibles continúan siendo un obstáculo, lo que refuerza la importancia de aplicar criterios universales de diseño digital.
En este contexto, el 3 de diciembre se convierte en una oportunidad para recordar que la tiflotecnología no es un recurso opcional, sino una herramienta fundamental para la autonomía, la movilidad, la participación social y el acceso a la información de las personas con discapacidad visual.